La Vall d'Ebo está ubicada en el interior oeste de la comarca, en el curso alto del río Girona. Se trata de una población enclavada en una de las zonas más escarpadas del interior de la comarca, una de los cuatro valles llamadas Les Valls de la Marina. Situada a 394 metros de altitud y con una extensión de 32,4 km². Actualmente, tiene una población de 204 habitantes con el gentilicio de ebolinos y ebolinas.
HISTORIA
El lapiaz de La Vall d'Ebo se desarrolla sobre calizas del Cretáceo. El agua de lluvia, al infiltrarse en la roca por fisuras, ha creado un paisaje kárstico subterráneo variado y maravilloso. Mientras, en la superficie, los principales ejes hidráulicos son el río Ebo y el río Girona, con el barranco del Infern. Esta riqueza hídrica hace que las fuentes naturales llenen el valle.
Para encontrar los primeros indicios de asentamientos humanos, habrá que visitar uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de toda la provincia de Alicante. La cueva Fosca (que significa ‘oscura’), considerada el Santuario del Paleolítico, fechada del periodo magdaleniense con 16.000 años de antigüedad, muestra diferentes paneles de arte rupestre grabado. También se ha encontrado más arte prehistórico rupestre en el término como la cueva del Reinós (15000 a. C.) o la cueva de Torrudanes con arte levantino del 1800 a. C. También han aparecido varios materiales dispersos del Neolítico, Calcolítico o de la Edad del Bronce.
El nacimiento del actual casco urbano en este valle fueron las diferentes alquerías andalusíes que se desarrollaron en la época musulmana. En La Vall d'Ebo, tres eran las alquerías que había: Villars, Benissuai y Serra. Villars y Benissuai se unieron para conformar el actual casco urbano de Ebo.
Con la llegada y conquista cristiana lo poco que sabemos es que su primer señor fue Bernat de Sarrià (1266-1305). La población fue eminentemente musulmana hasta su expulsión, en 1609, a partir de la cual la alquería de Serra quedó despoblada y no se recuperó. La Vall d'Ebo fue repoblada, gracias a la carta puebla conjunta con La Vall de Gallinera firmada en Benialí el 10 de junio de 1611, para 78 familias de isleños venidos desde las Baleares, principalmente mallorquines que se concentraron en las otras dos alquerías preexistentes: Villars y Benissuai. Muestra de este hecho son los diferentes apellidos que actualmente conservan sus descendientes: Mengual, Frau, Llodrà, Muntaner, Monjo, Piera, etc. El pueblo actual empezó a llamarse Ebo a finales del siglo XVIII.
El pueblo tiene una gran tradición agrícola, economía principal, y del aprovechamiento de los recursos hídricos, como muestran las infraestructuras existentes que aprovechaban la fuerza del río con un molino hidráulico para moler el trigo o una noria para regar la zona de hortalizas y cultivos de perellons, fruta autóctona de este valle que es una mezcla de pera y manzana. U otras variedades autóctonas como la manzana de Beneixama. Incluso tienen una fiesta para reivindicar esta fruta, la Fira del Perelló, en noviembre, coincidiendo con el final de la cosecha.
FIESTAS
- Las fiestas patronales se celebran la primera semana de agosto.
- Las fiestas de Sant Miquel Arcàngel se celebran la última semana de septiembre.
- La Fira del Perelló se celebra el 19 y el 20 de noviembre.
GASTRONOMÍA