Alcalalí, municipio situado en la parte suroeste del interior de la Marina Alta, y enclavado dentro de la Vall de Pop, se encuentra a 230 metros de altitud. Con una superficie de 14,4 km² y 1.336 habitantes, conocidos con el gentilicio de alcalalino y alcalalina.
HISTORIA
El pueblo de Alcalalí se encuentra enclavado en medio de la Vall de Pop, atravesado por el río Gorgos. La población está flanqueada por la montaña del Seguili, el Carrascar, el Coll de Rates y la cumbre de Aixa. Si algo destaca de Alcalalí son sus preciosos almendros, donde nacen las flores blancas y rosadas que crean, en febrero, la postal perfecta de este pueblo, famoso por su almendra.
Las primeras noticias de asentamientos humanos las tenemos gracias a unas pinturas rupestres esquemáticas antropomorfas encontradas en un abrigo del Seguili. Posteriormente, los íberos también se asentaron en la ladera de la cumbre de Aixa, pero el origen del núcleo poblacional es de época andalusí como la gran mayoría de la comarca: su nombre de clara raíz árabe así lo determina. Además de la alquería de Alcalalí, en el término se encontraban otras alquerías, como Mosquera, de la que hoy queda solamente una ermita. Estos dos núcleos poblacionales tenían aljamas propias, pero formaban parte de un mismo hîsn (distrito castral): el hîsn o castillo de Aixa –también llamado castillo de la Solana– situado a 607 metros de altitud, comprendía y vigilaba los actuales términos de Alcalalí, Llíber y Xaló.
Alcalalí fue conquistado por las tropas de Jaime I y este se lo dio a doña Berenguela en 1268. El 1409 se independizó y finalmente el 1577 se erigió en parroquia propia, separándose definitivamente de la de Xaló. Muestra de la importancia del municipio y del poderío de sus señores es la torre medieval del siglo XIV que se conserva y que formaba parte de la casa señorial de los Lihori, en la que se pueden descubrir grafitos murales de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Con la expulsión de la población morisca en 1609, Alcalalí quedó desierto y, para repoblar esta zona, el 1610 se otorgó carta puebla a nuevos vecinos. El grueso de los primeros repobladores y repobladoras procedían de la Marina Baixa y puntos próximos de la Marina Alta, a los que después se sumaron otros procedentes de Cataluña y Mallorca, concretamente de Manacor.
El siglo XIX se caracterizó por el monopolio de la pasa en la zona, que llevó con ella la construcción de bancales en las montañas, pero con la crisis de la filoxera se volvió a los cultivos de secano propios como son la almendra y los olivos. Una buena muestra de esta tradición agrícola la podréis descubrir en el museo etnológico de la antigua almazara.
FIESTAS
- Feslalí, Alcalalí en flor: celebra la floración de los almendros que crecen en la población. La fecha de celebración varía en función de la floración de los almendros, pero suele ser durante el mes de febrero. El festival ofrece diferentes actividades para todos los públicos. Un concurso de fotografía en el cual la temática varía cada año, rutas de la tapa con el producto estrella de Alcalalí, la almendra, etc.
- Las fiestas de Sant Joan: en el mes de junio, dedicadas a san Juan de Mosquera y al Cristo de la Salud. En estas fiestas se realizan diferentes actividades donde pueden participar tanto niños como mayores.
- Las fiestas de Sant Miquel: se celebran en agosto, se llevan a cabo actividades para todas las edades y una cocà con productos de la zona, acompañada de un vaso de mistela.
GASTRONOMÍA
La gastronomía de Alcalalí es conocida por su variedad de recetas donde los protagonistas son los productos locales: almendras, aceite, miel, vino, arroz y sus hortalizas.
- La almendra, uno de los productos estrella, se convierte en la protagonista de muchos platos de diferentes tipos, sobre todo de los postres.
- El arroz caldoso, la paella de bacalao y coliflor, el cuscús y la paella valenciana de pollo y conejo.
“En Alcalalí podemos sorprendernos al escuchar a la gente mayor pedir en un bar ‘gamba y acelga’ o un plato de ‘hojas de limonero’, para referirse al tradicional aperitivo de cacahuetes y altramuces o de patatas que acompañen la cerveza o el vino. Cosas de antes que se mantienen ahora”.