La ermita de la Mare de Déu del Calvari, cuyas obras de construcción finalizaron en 1954, está situada en la vertiente de la partida de la Solana.
La ermita es el final de un calvario, las catorce capillas del cual bordean el llamado Passeig de l’Ermita. Estas capillas trabajadas en grandes bloques de piedra calcárea fueron diseñadas por el rector Juan Bautista Serer, natural y vecino de Alcalalí.
Ya desde antes de encaminar la escalinata final que conduce a la ermita, podemos observar la fachada, precedida de un porche abierto soportado por cuatro columnas. Por encima, encontramos un óculo lobulado adornado con cruces.
De la parte exterior de la ermita, podemos destacar la gran espadaña, formada por tres espacios. Los dos espacios laterales destinados a dos campanas, bautizadas como Rosari y Sant Francesc, acompañan el espacio central, de mayor tamaño, donde se puede observar una imagen de la virgen, obra del escultor José Lluch.
La puerta de acceso es adintelada, de madera claveteada y con mirillas en las dos hojas.
El interior de la ermita comprende el templo y una eucaristía presidida por la estatua del Santísimo Cristo de la Sed, creación de Francisco Navarro Soriano. En el testero, detrás del altar, sobre un cortinaje que le sirve de fondo, hay la escultura de la Virgen del Calvario, una talla de un metro y medio de altura, creada por el escultor valenciano Vicente Rodilla Zanón. La obra obtuvo el primer premio en la Exposición Regional de Artesanía, el diciembre de 1952.
A continuación, presentamos un canto popular dirigido a la Virgen:
Des de l'alt del calvari sou la nostra estrela, com més et mirem, més pura i bella. I Alcalalí, només un cor canta a la seua mare, himnes d'amor.
("Desde arriba del calvario sois nuestra estrella, cuanto más te miramos, más pura y bella. I Alcalalí, solo un corazón canta a su madre, himnos de amor")