El riurau (soportal) es una arquitectura muy emblemática de estas comarcas y única en el mundo. Se trata de un edificio con una galería o porche abierto con arcos rebajados que se utilizaba para secar la pasa. Hay que señalar también que la orientación correcta es hacia el sur, aunque algunos se orientan hacia el este, pero nunca hacia el norte o hacia el oeste. ¿Por qué? Porque la función principal del riurau es servir de lugar para secar la pasa y la mejor orientación y que más horas de luz da es hacia el sur (entre el este y el oeste, le da el sol todo el día). El origen de estas arquitecturas la encontramos en el siglo XIX, momento dorado de la pasa, cuando era considerada un lujo del paladar. En aquella época podríamos compararlas a los bombones.
En un primer momento, la pasa se secaba al aire sobre carrizos, sin más. Es lo que se denomina pansa vera (lit. pasa verdadera) pero poco a poco fueron mejorando la producción y la técnica, fueron industrializando la producción y se dieron cuenta que, si se escaldaba la pasa, la piel se abría y esto favorecía que el secado fuera mucho más rápido, ayudando a mejorar el fruto final, puesto que se quedaba más tierna. Además, al caldero con agua hirviendo le añadían lejía o sosa cáustica y una planta de la montaña que le daba un color dorado precioso, la olivarda, también llamada en valenciano jolivarda, matapuces o botja melosa.