La Vall de Gallinera
De los 21 poblados que llegó a tener La Vall de Gallinera en época medieval, solo ocho siguen habitados en la actualidad. El paso del tiempo ha borrado el emplazamiento de muchas de estas alquerías, cuyos habitantes fueron los que empezaron a abancalar el término de La Vall, trazaron caminos y acondicionaron espacios de cultivo irrigados a partir de la derivación del agua de las fuentes principales.
La aparición de tantas alquerías se explica, según Josep Torró (2004), por “la presión señorial sobre los musulmanes de Vall de Gallinera, que provocaba la necesidad de poner en cultivo tierras marginales y producir más rentas”.
A raíz de la expulsión morisca, las que tenían sus espacios agrarios más consolidados fueron repobladas con gente venida de Mallorca.
De esta etapa musulmana y morisca de La Vall de Gallinera podemos visitar los restos de tres de estas alquerías, L'Alcúdia, Benimarsoc y La Solana de Benissili.
Despoblado de L'Alcúdia
Aparece por primera vez en el censo de 1369. El topónimo significa tozal (en árabe al-kúdya), y a veces aparece documentada como La Alcúdia de Gallinera. En 1535, en tiempo de la desmembración de la parroquia de Gallinera, contaba con 14 casas de moriscos y con iglesia propia. Quedó despoblado después de la expulsión de los moriscos de 1609 y fue repoblado con mallorquines por el duque de Gandía. Finalmente, quedó despoblado a mitad del siglo XIX.
Despoblado de Benimarsoc
Aparece por primera vez en 1286. En 1535, en tiempo de la desmembración de la parroquia de Gallinera, contaba con nueve casas de moriscos. Según Cavanilles, quedó despoblado después de la expulsión de estos en 1609 y se repobló con mallorquines por el duque de Gandía. Finalmente, quedó despoblado a mitad del siglo XIX. La apertura y ampliación del camino del castillo arrasó la era, así como viviendas que quedaban del otro lado del camino.
Despoblado de La Solana de Benissili
No se ha localizado ningún documento que permita recuperar el nombre original de esta alquería musulmana, por lo que se decidió denominarla La Solana de Benissili, igual que el topónimo de la zona.
A su alrededor se observan diferentes muros de piedra seca que configuran un paisaje agrícola de secano, pero entre los márgenes llama la atención un camino o vial muy marcado por muros de piedra seca que baja desde más arriba de los restos como una rampa, y uno secundario más desdibujado que se dirige hacia una escorrentía de marga que se encuentra al oeste de los restos.