El cabo de Sant Antoni tiene unas particularidades tanto geográficas, ya que se encuentra en una zona de transición entre zonas de arena y acantilados, como paisajísticas, debido a estar sometido a un fuerte hidrodinamismo que hace ver una variada topografía submarina con diferentes tipos de sustratos como la posidonia, los cuales lo hacen único y de mucha riqueza ambiental.
La gran variedad de ambientes presentes en el cabo de Sant Antoni permite la aparición de un importante número de comunidades bentónicas, algunas de ellas de gran interés ecológico y bajo normas de protección del Consejo Europeo.
El islote de la Mona es uno de los puntos con mayor densidad de especies raras y endémicas de toda la red de microrreservas de flora de la Comunidad Valenciana. Podemos encontrar la silene de Ifac, la alfalfa marina y el agraz marino.
Respecto a los fondos marinos de la reserva, la abundante diversidad de hábitats y especies son excepcionales. Podemos destacar de entre todas ellas:
- Las praderías de posidonia, tradicionalmente denominadas algars. Se trata de plantas con flores y frutos como las terrestres. Las praderas de posidonia se encuentran solo en el Mediterráneo, clasificadas como hábitat prioritario y especialmente protegidas. En la costa norte de Dénia tenemos un buen ejemplo de estas praderas: el LIC de la Almadrava. Relevantes por su producción de oxígeno, ofrecen refugio y son zona de reproducción de un gran número de especies. Esta presencia indica la buena salud de las aguas. Consolidan los fondos de las costas, frenan el transporte de sedimentos así como el oleaje. Su acumulación en las playas las protege de la erosión, especialmente durante los temporales.
- Los bosques de abanicos de mar. A mayor profundidad, podemos descubrir diferentes comunidades de animales invertebrados. En las zonas más superficiales y con mayor exposición lumínica, se pueden observar invertebrados coloniales de mayor tamaño que forman pequeños bosques, como la gorgonia anaranjada (Leptogorgia sarmentosa).
- Las cuevas marinas. El origen calcáreo de la costa de Dénia permite la formación de un hábitat singular de paredes y cuevas donde llega muy poca luz. En este ambiente, la roca se recubre de animales invertebrados que se alimentan de los organismos y materia orgánica que llevan las corrientes. Los colores de los animales de las cuevas (anémonas, esponjas, ascidias, briozoos, corales, etc. ) son muy variados y llamativos, entre los cuales también podemos ver alguna alga roja o calcárea.
Respecto a las cuevas, podemos destacar la Cova Tallà, que está formada por un lado natural y otro artificial derivados de la extracción de piedra tosca. Se divide en diferentes salas, algunas de ellas secas, donde no penetra el agua de mar ni la luz solar. En las salas interiores se pueden observar pilas que almacenan goteos de agua dulce. En el interior de la cueva se encontraron crisoles de los siglos XI-XII y una inscripción que deja constancia de la visita del Rey Felipe III en 1599.
Al tratarse de una reserva protegida queda prohibido fondear embarcaciones, la pesca recreativa en todas sus modalidades, el buceo deportivo sin la correspondiente licencia, la recolección de organismos marinos, flora y fauna marina sin la correspondiente autorización, y los deportes náuticos que implican la utilización de embarcaciones de motor. (1)
(1)Lozano, T. (2020). Cap de Sant Antoni: com arribar, que veure i les millors fotos. Xàbia.com https://www.javea.com/cabo-san-antonio/