La Vall d’Alcalà
Está datada del siglo XVIII, el momento de mayor auge del comercio de la nieve. Hay dos neveras, la nevera de Baix y la nevera de Dalt.
Las neveras de nieve son depósitos donde se guarda y conserva la nieve convertida en hielo. Con las nevadas, la nieve se acumulaba y se abocaba con capazos por las ventanas al interior del edificio. Desde dentro, los operarios la pisaban con los pies y, con picones, la distribuían en capas alternadas con paja. Una vez lleno, se cerraban las aperturas de la nevera para conservar el frío. El hielo, transportado por la noche con caballerías, se comercializaba en los mercados comarcales y, sobre todo, llegaba a los puertos del litoral, como Dénia.
Nevera de Baix
La nevera es de planta circular excavada en la roca sobre un declive orientado al norte. La parte aérea de la construcción es de masonería de piedra del entorno y mortero de cal. El paramento que circunda al depósito consigue un grosor de 95 centímetros y presenta un ligero descansillo hacia el interior, permitiendo diferenciar dos cuerpos: uno mayor, en la base, y sobre este otro menor reculado que corona y envuelve parte de la cubierta.
En el lado norte se advierte un muro para aterrizar el espacio de circulación alrededor del depósito. A menos altura, se abre un hueco artificial de desarrollo acodado que facilita el acceso al nivel medio del depósito.
El interior es de planta circular, de nueve metros y medio de diámetro y altura de 10 metros hasta el nivel de la puerta. Su capacidad de almacenamiento es de 700 m³.
Conserva en perfecto estado la cubierta de masonería y mortero de cal, que adopta la forma de cúpula hemisférica, muy enlucida de mortero por el exterior y prácticamente desnuda en su aspecto interno. En la parte superior central, se advierte una apertura a manera de posible boca cenital, si bien puede tratarse de una rotura de la cubierta.