La orden de los mínimos —fundada por san Francisco de Paula en 1435— llegó a Ondara para fundar el convento y las habitaciones para 10 religiosos en 1611. La fundación del convento fue el día del Corpus Christi de aquel mismo año, bajo el mandato del marqués de Guadalest y señor de la Villa de Ondara. Se los entregó una pequeña iglesia y una isla para construir las habitaciones y claustro necesario.
El conjunto original del Convento de Mínimos contaba con claustro, iglesia, huerto y, a 50 pasas, una enfermería (1). La historia y devoción del convento y de su iglesia está ligada a la Virgen de la Soledad, actual patrona del municipio desde 1923.
De la orden y de los religiosos que habitaron este edificio, se sabe que estuvieron hasta 1835, cuando, durante una de las desamortizaciones liberales, la iglesia pasó a ser propiedad de la parroquia, mientras que el resto de bienes y propiedades fueron subastadas, incluido el antiguo claustro del convento dedicado a la Purísima Concepción.
En la plaza del Convent de Ondara se encuentra el conjunto arquitectónico formado por el ayuntamiento y la iglesia parroquial de Santa Anna, adosada al lado derecho. Del convento, destaca el claustro, es decir, el patio interior, que es sobrio y sencillo, de planta cuadrada, rodeado por una galería de arcos de medio punto ligeramente rebajados de ladrillo y rehabilitado totalmente entre 1991 y 1995. Se conserva, aunque tapiada, la puerta que conectaba el convento y el claustro. En las plantas altas vemos aperturas de medio punto que actualmente albergan oficinas municipales y el salón de plenos.
(1) Miralles, R i Ortuño, V. (1991). Notes històriques sobre el Convent i l’Ordre dels Mínims. Llibre de festes de la Soledat. Ondara.