La ermita dedicada a santa Bárbara también es conocida como ermita de Pinos por encontrarse en esta partida rural. Es la más alejada de la población, puesto que está a unos ocho kilómetros de Benissa tomando la carretera que nos conduce hasta Bèrnia.
Esta ermita, restaurada recientemente, fue construida sobre el siglo XIX. Aparece nombrada por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico de 1846.
El templo está adosado por su lado derecho a una vivienda de dos pisos y, por el izquierdo, a la casa del ermitaño. A la cabecera se adosa también la sacristía que, igual que la casa abadía, tiene tejado independiente, mientras que el de la capilla es de tejas a doble vertiente.
La fachada, frente a la cual hay una plaza donde se levanta un padrón de piedra, queda dividida en dos por una imposta horizontal, dejando por arriba el amplio frontón mixtilíneo, la espadaña con su campana y esquinas adornadas con pináculos. En la parte inferior se abre la puerta de entrada con arco escarzano y un óculo redondo por encima.
En el interior podemos observar un techo de barraca con vigas a la vista y dos arcos de medio punto que dividen la nave en tres tramos. En el testero, sobre la única hornacina que hay, de estilo neoclásico, aparece la imagen de santa Bárbara, acompañada de otras imágenes.
Daba servicio de misa semanal a todo el vecindario de la partida de Pinos y también de las partidas vecinas de Llíber, Marnes y el Cau, que tuvieron población estable hasta los años 60 del siglo pasado.