La ermita de Sant Josep, compartida por la Iglesia católica y la anglicana, se localiza en la partida de la Fustera, a unos ocho kilómetros de Benissa.
Se trata de una construcción moderna, realizada en la década de 1980 por iniciativa de los vecinos de la zona y con aportaciones de estos.
Desde el exterior, podemos diferenciar la capilla semicircular, una serie de dependencias de planta rectangular y el gran crucifijo metálico que preside la ermita. El gran arco de la fachada está ocupado, en su mitad inferior, por una amplia puerta plegable y, la superior, por una cristalera en cuyo centro tiene un panel adornado por una cruz. Esta cristalera y las alargadas ventanas laterales dejan pasar una gran cantidad de luz natural al interior. Sobre ménsulas, se ve otra imaginería, entre la cual podemos encontrar la de san José.