La ermita de Sant Blai está situada inmediatamente en el sur del casco urbano de Pedreguer, en los primeros contrafuertes de la masa montañosa más meridional del término. Puede visitarse a pie, siguiendo el clásico zigzag del camino del Calvari que arranca de la avenida de Maria López, por una escalera que empieza en la calle de la Ermita, o en vehículo por la calle Passatge, de empinado tramo final.
También conocida como ermita del Calvari por finalizar en ella el trayecto del calvario y llamada popularmente Capelleta de Sant Blai, fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII, aunque el edificio actual responde a una reconstrucción reciente después de quedarse muy dañado en un incendio. Su estado de conservación actual es bueno.
Se encuentra exenta, frente a una explanada con balconada, con excelentes vistas, hasta donde llegan las estaciones del calvario y junto a una estatua de san Antonio Abad. Se llega a la puerta de la ermita por una amplia escalera de piedra. Es un edificio de blanqueados paramentos con resaltos decorados en color ocre, cubierta de tejas y cúpula achatada sobresaliendo sobre tambor en el cual se abren dos ventanas.
Posee porche previo de menor altura que la capilla y con tejado independiente, al cual se accede por un arco de medio punto flanqueado por ventanas del mismo estilo. Tiene otra entrada lateral en la parte izquierda con su abertura enrejada igual que los frontales. Franqueado este atrio, entramos por una puerta rectangular con hojas de madera en la capilla.
Esta es de planta circular con bóveda semiesférica y posee dos capillas laterales bajo arco de medio punto. El presbisterio tiene otras dos dependencias, una de ellas dedicada a la Virgen de la Solitud y la otra a la sacristía. Preside una imagen de Cristo en el retablo del altar, mientras que el santo titular, san Blas, solo aparece iconográficamente en un lienzo, puesto que su imagen se conserva todo el año en la parroquia y solo permanece en la ermita durante los dos días de su fiesta.
En la festividad de Sant Blai, 3 de febrero, y su víspera, se celebra el concurrido Porrat de Sant Blai. El primero de estos días se sube la imagen del santo con música y fuegos artificiales desde la parroquia hasta su ermita donde permanecerá hasta el día siguiente, cuando se oficia misa en la capillita. Por la tarde, se devuelve el santo al pueblo con idéntico aparato de música y pirotecnia. La costumbre local marca que toda persona que llega en romería tiene que hacer sonar la campana de la capilla.
La ermita abre también las puertas el día de la festividad de Sant Antoni Abat, 17 de enero.