En la plaza Vella, la cual podríamos decir que es como el corazón de la antigua villa, se encuentra el monumento al Riberer. Representa a los vecinos de Benissa que dos veces al año abandonaban el pueblo para trabajar como temporeros en el cultivo y la recolección del arroz en la Ribera del Xúquer, en la provincia de Valencia.
Hacían el recorrido a pie, vestían con humildes ropas remendadas y, para el viaje, llevaban al hombro un capazo de palma que contenía embutidos, salazones y panes artesanos.
En el camino Vell de València había una gran roca desde la cual se divisaba, por última vez, el campanario de la vieja iglesia fortaleza de Benissa. Allí, las cuadrillas de riberers se detenían y rezaban una salve para pedir protección y a manera de despedida de su pueblo.
Esta imagen es la que representa el monumento al Riberer, cuya obra fue sufragada por suscripción popular e inaugurada en los años ochenta del siglo pasado.
Los riberers llegaron a ser tantos que crearon su propia fiesta en el marco de las celebraciones a la Puríssima Xiqueta.
En la misma plaza encontramos dos grandes casas señoriales del siglo XVI, una es la casa de los Torres Orduña, que antes era de los Ivars del Poví, y actualmente alberga la biblioteca pública y el casino.
Cerca, y con dimensiones más pequeñas, encontramos la casa de Juan Vives con una leyenda escrita en su fachada que narra el origen de la devoción de la Puríssima Xiqueta.