"La plaza de toros de Ondara, inaugurada en 1901, constituye un ejemplo de arquitectura neomudéjar.
Su construcción fue posible por diferentes motivos: la inexistencia de ninguna plaza entre València y Alicante, una economía local basada en el comercio de la pasa que, a finales del siglo XIX, pasa por instantes de esplendor y genera fuertes ganancias económicas, y un grupo numeroso de entusiastas ondarenses, entre los cuales se mezclaban los seguidores del arte de Cúchares y quienes veían en aquella empresa una iniciativa para la promoción local o, simplemente, un edificio emblemático que hiciera perdurar en el futuro la edad de oro de la pasa, como poco antes también lo había sido la construcción del Teatre Eslava en 1886 por el banquero local José L. Bosch. Una etapa histórica que, cabe decir, no beneficiaba a todos los estratos sociales por igual.
Sufrió graves daños durante la Guerra Civil. Su reconstrucción, en 1957, corrió a cargo de Juan Noguera Fornés y los hermanos Garrido y comportaba el derecho a explotarla durante treinta y cinco años, por ser el adjudicatario de la subasta. En 1981 el pleno acordó pedir al empresario su reversión anticipada, voluntaria y gratuita, por la cual la concesión finalizó seis años antes. Una vez recuperada, la plaza fue objeto de dos rehabilitaciones.
En estos momentos solo queda la construcción del museo taurino."(1)
(1) Robert Miralles (2001) Apunts per a la història de la plaça de bous d’Ondara en el seu primer centenari [En línia] http://www.ondara.cat/arxius/Ondara-llibre-PlacaBous-Miralles.pdf