El yacimiento de la Almadrava, situado en Els Poblets, presenta la tipología y características de una villa marítima: establecimiento rústico en actividad entre el siglo I y el V d. de C. La zona excavada del yacimiento de la Almadrava corresponde a una casa de campo romana, concretamente a una alfarería.
A pesar de que se ha descubierto parte de un edificio con características propias de una casa señorial, la mayoría de las dependencias que han quedado a la vista describen una alfarería y permiten apreciar, además de los aposentos de trabajo y vivienda para los obreros —generalmente esclavos—, amplios porches para secar las piezas, pozos para extraer el agua necesaria y los hornos para cocer.
Esta alfarería se dedicaba a la fabricación de tejas y ánforas. Las ánforas podían contener vino, aceite o salazones, que, con los cereales, suponían el 90% de los productos comercializados. Estos recipientes eran de un solo uso destinado a transportar el contenido vía marítima. Una vez llegados a puerto y trasvasado su contenido, eran desechados.