Los hornos de cal son el testimonio de una actividad tradicional que permaneció activa hasta mediados del siglo XX. Son unas estructuras de piedra de forma cilíndrica que suelen estar en parte sepultadas o adosadas a una vertiente. Tienen una boca en la parte inferior para encender el fuego e ir alimentándose.
Los hornos de cal son construcciones utilizadas para la transformación de piedras calcáreas en cal. Esto se conseguía exponiendo durante más de 24 horas las piedras a temperaturas muy altas dentro de estos hornos. Pasadas las 24-48 horas destapaban el horno y las piedras se habían hecho blancas, y ya estaban listas para triturarlas y conseguir cal.
La cal es la pintura tradicional de nuestras casas, pero además, también era un material de construcción excelente para la realización de mortero. La cal funciona como el mejor aislante e impermeabilizante contra el agua, y también es un antihongos muy potente.