La ermita de Sant Vicent Ferrer se encuentra en la partida de Pedramala, a unos cinco kilómetros de Benissa. Al poco de pasar Benimarco, la carretera se bifurca y, tomando la desviación señalizada de la derecha, a unos 300 metros, encontramos un camino corto semiasfaltado que nos lleva a la ermita, que ha sido restaurada recientemente.
El origen de esta ermita resulta un poco incierto, puesto que el primer documento en el cual aparece es la visita pastoral de 1863.
Al exterior de la ermita, podemos observar primeramente una gran explanada en cuyo centro se levantan un padrón de piedra y un pino. En cuanto a la ermita, es un edificio rectangular de paramentos blanqueados, lisos y rectos, reforzados por contrafuertes de mucho volumen y cubierta de tejas a doble vertiente. A la izquierda de esta, un estrecho corredor la separa de una pequeña dependencia.
La parte frontal de la ermita es muy sencilla, con una puerta de acceso rectangular y una espadaña con campana reconstruida en la última restauración.
El interior mantiene una estructura de nave única, arco diafragmático de medio punto que la divide en dos tramos y techo de vigas de madera pintadas de rojo, el espacio entre las cuales está decorado con color azul. En el ábside se abre una puerta que comunica con la sacristía.
Detrás del altar, un pequeño retablo de obra acoge en su centro la imagen de san Vicente Ferrer.