Rodeada de campos de naranjos, la ermita de Sant Sebastià y la abandonada alquería de la cual forma parte se encuentran en la partida rural de Benumeia, a un kilómetro aproximadamente en el sureste de Pego. Se llega a ella siguiendo el camino Benixats, por el desvío a la derecha del camino de Sant Antoni al poco de salir de la población, inmediatamente después de cruzar el barranco de Benituba.
El lugar de Benumeya o Benumeia era una antigua alquería islámica que ya se encontraba despoblada a mediados del siglo XIX. La ermita original, probablemente construida sobre la mezquita de la aldea, debió de fundarse para dar servicio religioso a la recientemente convertida población morisca, aunque lo que ha llegado a nosotros se corresponde con una profunda reforma barroca realizada en la primera mitad del siglo XVIII.
El despoblamiento de la zona llevó también al abandono del templo que se destinó a usos variados, incluyendo hospital para epidemias y lazareto. Con la desamortización pasó a manos privadas, tuvo sucesivos propietarios y, a principios del siglo XX, llegó a conocer incluso una breve recuperación de su culto, aunque pronto volvió a quedarse abandonado y el conjunto entró en el ya definitivo estado de ruina y olvido que ha perdurado lamentablemente hasta nuestros días. En la actualidad, pertenece a la familia Ortí de Pego.
Como se ha dicho, tanto la ermita como el edificio de la alquería que se adosa a su lateral derecho se encuentran en absoluto estado de ruina y, aunque su estructura se mantiene en pie, existe la amenaza real de pérdida definitiva.
La fachada del edificio está rematada en cornisa mixtilínea sobre el centro de la cual se levanta una estilizada espadaña de ladrillo que perdió su campana hace ya tiempo. La puerta rectangular se enmarca en portada neoclásica con pilastras embebidas y cuerpo superior con frontón triangular y hornacina. El interior está vacío y desolado, invadido por la maleza y con su cubierta de tejas a dos aguas parcialmente derruida. En su época presidía la capilla un retablo en el cual se veneraba la imagen de san Sebastián tallada en Valencia por Jaume Molins.