El castillo de Ambra se encuentra en el municipio de Pego. En época andalusí diferentes alquerías llenaban el valle: Atzahila, Atzeneta, Avengalip (Benigalip-Benigani), Beniomer, Beniparri, Benituba, Benumeia, Benixat, Benisuleima, Castelló, Cotes, Favara, Forna, Gaià, L'Atzúbia, Massil, Rupais, Salamona, Sorell y Uxola.
El castillo de Ambra fecha de principios del siglo XIII, se trata de una construcción muy tardía que algunos autores catalogan como los castillos del miedo. Frente al avance de las tropas de Jaime I, las comunidades rurales se organizaron para construir un castillo refugio donde establecer viviendas temporales esperando la llegada del ejército cristiano, un total de 20 viviendas hay en el interior de la albacara.
El castillo no participó activamente en la conquista, pero sí tuvo importancia en las posteriores revueltas mudéjares capitaneadas por al-Azraq. El año 1268 se le concedió el castillo a Arnau de Romaní, mandándole Jaime I que en el castillo permaneciera una bestia de carga y diez hombres.
Finalmente, después de estar en manos de los sarracenos durante tres años, a partir de 1276, el castillo empezó a perder su importancia militar. Acabó por perderla completamente cuando a partir de 1280 se empezó a crear la nueva villa de Pego. Después de la segunda carta de poblamiento (1286) concedida con mejores condiciones que la primera (1279), empezaron a llegar colonos desde Barcelona que se establecieron en la villa amurallada construida sobre la antigua alquería de Uxola.
Los restos de la muralla del recinto nos muestran el valor de la arquitectura defensiva: los muros realizados en tapial, los cimientos de masonería y cuatro cubos (torres) de planta rectangular en saliente reforzando el muro. La puerta de acceso al recinto está al sudeste, entre el antemuro y la muralla del castillo. Cuenta con un cuerpo de guardia que permitía hacer la vigía entre las dos puertas durante la noche, así como el descanso de los caminantes en su acceso al castillo. En el mismo banco de guardia podemos observar el que pudiera ser un curioso juego medieval compuesto por ocho orificios en que se tendría que encarar piedras de diferentes tamaños.
En el interior del recinto, junto a la segunda torre de la muralla, se emplaza un aljibe o cisterna de planta rectangular realizado en tapial que servía para recoger el agua de las lluvias.
Aunque el castillo se encuentra en relativo buen estado, la intensa tarea de abancalamiento y la acción erosiva de los agentes atmosféricos han castigado mucho las construcciones. (1)
(1) Almela, J.M. El Castell d’Ambra. Web de l’Ajuntament de Pego. https://www.pego.org/el-poble/castell-ambra.html